martes, 4 de octubre de 2022

Una Piscina con Vistas

"Una mañana nos regalaron un conejo de indias.

Llegó a casa enjaulado. Al mediodía le abrieron la puerta de la jaula.

Volví a casa al anochecer y lo encontré tal como le había dejado: jaula adentro, pegado a los barrotes, temblando del susto de la libertad."

Eduardo Galeano
(El Miedo, del Libro de los Abrazos, 1989)


La semana pasada puede participar en la 'Piscine Discovery Women's Edition' en el 42urdulizftef. Ni decir tiene que formar parte de esa pequeña Torre de Babel ha sido un lujo. Me encanta formar parte de experiencias con gentes diversas, divertida, talentosa y muchas, muchas ganas de hacer. ¡Mil gracias chicas! Sois la caña.

42 Urduliz

Hacía tiempo que había escuchado hablar del súper campus que se había inaugurado en lo que fuera la torre de la antigua 'Mecánica la Peña', tantas veces vista al pasar por Urduliz. Este verano mientras impartía un Certificado de Profesionalidad de Lanbide sobre Diseño de Productos Editoriales Multimedia, Susana Zaballa compartía en LinkedIn una publicación de una Piscina de Mujeres y le comenté por privado si era posible acercarme con el alumnado para ver de cerca cómo era aquello de 'Diseñar tu web con HTML, CSS y Java Script en tan sólo 5 días'. Me dijo que estaba llena pero que estuviera atenta porque habría próximas ediciones.

Así que, lo hice y volvió a publicar en LinkedIn que del 26 al 30 de septiembre había una nueva edición. Yo ya había finalizado el curso e invité a mis antiguas alumnas a que se inscribieran animándoles y diciéndoles que si podía yo también asistiría. 

Llegó el día y allí me fui. Me encantó el lugar, el espacio. ¿Quién dice que los espacios de aprendizaje no importan? Hace tiempo que tengo claro que, sin duda. El espacio es parte de la posibilidad de aprender. Ya desde el primer momento, sentía que había sido un acierto inscribirme. Desayuno con bollo de mantequilla incluido (para aquellas que no sean de Bilbao, todo un clásico) para romper el hielo. Tras las acreditaciones (foto incluida) y recomendaciones e instrucciones previas... Pocas respuestas y muchas expectativas. Y mucha, mucha incertidumbre. Se hablaba de frustración en exceso, para aquellas que peinamos ya alguna que otra cana. Vamos a hablar de ilusión, no nos adelantemos. 

Al agua patos, bajamos todas a la planta 7 y allí nos encontramos con nuestra piscina serían unos 50 puestos dispuestos en filas de 6, 3 frente a otros 3. Curioso, pero volvemos a lo del espacio y disposición. Claro, evidente. Muy favorecedor de la metodología, sin profesorado, con evaluaciones persona a persona... Simplemente, genial. Yo me frotaba las manos mientras alguna compañera no tenía muy claro que hubiera sido una buena idea inscribirse. 

Tocaba encender los ordenadores, registrarse y entrar a la plataforma. 'Huston, Huston, tenemos un problema' la mayoría nos apañábamos fatal con eso de que los equipos eran Apple. Parece mentira, una que empezó en esto del diseño con Mac. ¡Así, es la vida! Las vueltas que da una. 

Bueno, pues nada empezamos a entrar al listado de Proyectos y 'Uy, vaya lío' venga que la de enfrente está igual que tú o peor (you never know). Ah, mira hay alguien que controla algo de Shell (Linux)... No entiendo nada, pero ¿esto no iba de programación web? Y así, arrancamos el lunes. Yo mientras tanto miraba a un lado y otro de la sala, menudas vistas al Sur, las Peñas de Urduliz al Norte el Mar Cantábrico con su horizonte. ¡Menudo lujo! A pesar de que el día no acompañaba, ya había entrado el otoño. 

Bueno, me daba pena que mis alumnas, finalmente no pudieran haber asistido. Al mediodía subimos a comer algo, antes unos toques de pingpong con Leire (Gracias Clara por la foto). Sin horarios, ni pautas establecidas, ante el desconcierto inicial de algunas, yo diría que llegamos al viernes, si no todas, un alto porcentaje de nosotras convencidas de que la cosa funciona y que es posible otra forma de aprender. Sobre todo, si estás dispuesta a asumir la responsabilidad y 'agarrar la sartén por el mango'. Suelo invitar a mi alumnado a que recuerden un momento de sus vidas en el cual aprendieron algo, dónde estaban, qué sintieron. Os sorprendería comprobar que casi nunca fue en un aula.

Me viene a la cabeza el comentario de Heidi Jack, el último día, subiendo por las escalera tras el pintxo de tortilla en el bar de al lado: "Eres como el Flautista de Hamelin" (Ahora lo entiendo). Me dijo que era "la culpable" de que ella estuviera allí, al parecer vió mi publicación en LinkedIn cuando anuncié que me había registrado.

¡Ánimo chicas! Os invito a "cambiar de ruta para generar nuevas y mejores ideas con valor" como dice Angélica Sátiro (Cómo despertar la creatividad. Angélica Sátiro, pedagoga experta en creatividad).